¿El choque generacional bloquea la eficiencia de tus equipos?
¿Qué tanta alta es tu rotación de personal porque los más jóvenes quieren “viajar y explorar el mundo” y a los 6-8 meses te dejan el trabajo botado?
¿Cuántas veces has tenido problemas con miembros de tu equipo pues eres más joven y automáticamente descartan tus ideas por tu supuesta “inexperiencia”?
¿Es una locura pensar que algunos miembros del equipo quieran horarios flexibles y trabajar desde su casa, mientras otros aunque ya hayan terminado su trabajo se esperan a que el reloj marque las 8:00pm para dejar la oficina?
Hoy en día, los negocios son manejados por equipos mixtos en cuanto a las generaciones que los conforman, es decir, nos encontramos con un mix de Baby boomers, Generación X y Milenials. Es por eso, que hoy más que nunca, es muy importante saber utilizar herramientas de persuasión para gestionar adecuadamente los equipos conformados por las 3 generaciones.
En esta ocasión no nos enfocaremos en persuasión para las ventas o convencer a alguien sobre algún tema, hoy hablaremos de la persuasión como un proceso de aprendizaje de los demás y el proceso de negociación para una solución compartida, de acuerdo a como lo plantea Jay A. Conger en su libro The High Potential’s Advantage: Get Noticed, Impress Your Bosses, and Become a Top Leader.
Con ese fin y de acuerdo al autor, la persuasión consiste en cuatro elementos esenciales:
Establecer credibilidad: La credibilidad va de la mano con la confianza, por lo que no aparece de la noche a la mañana. La credibilidad crece, de dos fuentes: la primera es la experiencia, que se refiere al conocimiento que tengas sobre el producto o proceso. La segunda fuente son las relaciones, las cuales se fortalecen cuando trabajamos en el mejor interés de todos y escuchamos las necesidades del equipo. Aun cuando la credibilidad de un persuasor es alta, su posición debe tener sentido, y aún más, debe atraer a la atención de los miembros del equipo, es decir, debe tener audiencia.
Enmarcar para encontrar un terreno común: Es indispensable que todos sientan los beneficios por seguir una idea y otra por lo que es muy importante comunicarlos y que todos los participantes sientan el impacto positivo que obtendrán.
Proporcionar pruebas vívidas: La persuasión se convierte en una cuestión de presentación de pruebas, pero no solo de gráficos y hojas de cálculo comunes, también se pueden incluir casos de éxito, testimonios, comparativos o proyecciones.
Conectarse emocionalmente: La persuasión siempre es más eficiente cuando utilizamos el storytelling o historias vivas, incluso superpuestas, metáforas y ejemplos para hacer que sus posiciones cobren vida. Los buenos persuasores tienen la capacidad de detectar y responder con precisión al estado emocional de su audiencia, es decir, son camaleones empáticos. Para lograr esto es indispensable mucha sensibilidad, leer el lenguaje no verbal de tu equipo, e interpretar las emociones que existen en el ambiente. Cuando logramos lo anterior, podemos actuar o comunicarnos en el mismo canal que ellos y así conectarnos emocionalmente.
Recuerden que la persuasión es una herramienta poderosa para el liderazgo y para cualquier organización, pero es un proceso a menudo minucioso que requiere perspicacia, planificación y compromiso. ¡Prácticalo! Notarás la mejoría y los resultados positivos que éstas técnicas te darán personal y laboralmente.
Cualquier duda o comentario estoy a sus ordenes en contacto@jacquelinebetancourt.com y no se pierdan el artículo de la próxima semana.
¡Saludos!